Una tragedia minera se registró la noche del sábado 11 de octubre de 2025 en el anexo Quelgua, sector Valle Arriba, distrito de Cocachacra, provincia de Islay, región Arequipa, donde un deslizamiento de rocas al interior de un socavón provocó la muerte de dos trabajadores y dejó a uno gravemente herido.
Según el informe policial, las víctimas fueron identificadas como Nark Richard Bolívar Huacho (39) y Freddy García Valencia (31), quienes perdieron la vida en el lugar. En tanto, Richar Jhonatan Villalobos Reyme (29) resultó herido y fue trasladado de emergencia a un establecimiento de salud.
El accidente ocurrió dentro de la mina denominada Doris 2010, mientras los trabajadores realizaban labores rutinarias y fueron sorprendidos por un repentino deslizamiento de rocas.
En las diligencias participó el agente Miguel Ángel Cornejo Quispe, quien informó que las causas del derrumbe aún son materia de investigación.
Una tragedia que se repite: dos obreros murieron en 2024 en condiciones similares
Cabe recordar que en junio de 2024 ocurrió una tragedia similar en la misma zona, donde dos obreros fallecieron tras caer a un socavón de 10 metros de profundidad.
De acuerdo con los reportes de aquel entonces, las víctimas perecieron por inhalación de gases tóxicos, lo que generó fuertes críticas por la falta de supervisión y seguridad en las labores extractivas en Cocachacra.
Consejero Molero exige información y fiscalización inmediata
Ante este nuevo accidente, el consejero regional por Islay, Juan Carlos Molero, informó que ha trasladado los detalles del caso al Gerente Regional de Energía y Minas de Arequipa.
Asimismo, anunció que el lunes 13 de octubre solicitará de manera formal informes a la Gerencia Regional, a la Policía Nacional y al Ministerio Público, a fin de esclarecer las condiciones en que opera esta concesión y determinar posibles responsabilidades.
La mina Doris 2010: concesión con antecedentes desde 2009
La concesión minera Doris 2010 data del año 2009, según el Resumen de Derecho Minero, y se ubica cerca de una zona agrícola parcial y próxima al río Tambo, lo que genera preocupación entre los pobladores por el posible impacto ambiental y los riesgos en la seguridad laboral.
Autoridades locales y regionales han reiterado la necesidad de una mayor fiscalización de las operaciones mineras en el Valle de Tambo, ante los reiterados accidentes y la cercanía de las actividades extractivas a áreas agrícolas y comunidades rurales.


